viernes, septiembre 01, 2006

ElFausto



EDITORIAL
Por Fausto Leonardo Henríquez, Listmaster

Un certamen de literatura, como todos sabemos, tiene como objetivo la participación y estímulo de los diferentes autores. Nuestro grupo de creación Elfausto, animado por el Equipo Moderador, Lady, Tere y quien escribe, ha considerado interesante la
iniciativa de realizar un concurso literario en sus distintos géneros. Todo ello porque sabemos que hay escritores anónimos, noveles o veteranos, que necesitan del reconocimiento de sus trabajos, o sea necesitan ser leídos, difundidos y dados a conocer.

Premiar nunca es fácil, sin embargo se hace obligado cuando el jurado tiene que seleccionar -siguiendo las bases del concurso- a los que considera más sobresalientes. Hemos seguido para los distintos géneros el criterio de calidad literaria de los textos, así como el hallazgo de la belleza y de la imaginación.

El certamen del foro Elfausto ha permitido llegar en red a muchos países de habla hispanoamericana. Ese es uno de los logros conseguidos, gracias a la participación de la gente que ha considerado seria la propuesta de nuestro certamen virtual.

El jurado -y esto es bueno saberlo- ha colaborado responsablemente en la selección y calificación de los premios. La ética profesional del jurado es otro
de los elementos a destacar en esta nota editorial. No ha habido ninguna clase de interés particular, excepto el de alegrar y motivar a los concursantes.

Finalmente, en cada ganador hay un escritor con una vocación que tiene que explotar. Un lugar en el certamen puede ser un punto de partida para una obra mayor y más perfecta. En realidad, cada concursante es un Nóbel en potencia. Sigamos creando, escribiendo que sólo si estimulamos el genio podremos lograr la obra de arte.

Recientemente un joven me decía en la puesta en circulación del libro "El Arca" del poeta y cuentista hondureño Óscar Acosta, que tenía muchas ideas en la cabeza, que esperaba que, como avispas revueltas, se asentaran para empezar a escribir. Y yo le dije que en su cabeza no hacían nada las ideas, que las escribiera;le dije, además, que bien podía ser un Einstain, pero que si no ponía por escrito su chispeante imaginación era como si esas ideas no existieran. Le dije finalmente, con el único fin de provocar su interés por la escritura, que el escritor se hace escribiendo,
lo demás son cuentos.

Felicidades a todas y cada una de las personas participantes, especialmente a las ganadoras.